5 cosas para realizar todas las mañanas
A veces “cinco minutitos más” pueden hacer la diferencia entre un gran y un pésimo día. Se dice que las personas exitosas comienzan su día más temprano que el resto. De hecho, algunos estudios arrojan que las personas que madrugan, son más felices y completan sus tareas diarias con mucha más energía que los que se despiertan tarde. Así que levantarse cuando hay que levantarse no solo es bueno para nuestra salud, sino incluso hasta para nuestra profesión. Para motivarte más a que no pongas tu despertador más allá de las 7 a.m., te presentamos 5 cosas para realizar todas las mañanas, y así aprovechar más y mejor tu tiempo.
- Haz ejercicio.
Sabemos que levantarse para realizar una rutina de ejercicios muy temprano en la mañana debe ser lo más pesado del planeta, pero hacerlo te dará el impulso necesario para contar con energía durante todo el día, y así alcanzar a realizar todas tus actividades planeadas. Puede ser desde yoga a una rutina en el gimnasio, el ejercicio antes del trabajo te dará esa sensación de poder culminar con tus actividades diarias en tu oficina o centro de labores. Si no te provoca salir a correr a las 5 de la mañana, puedes echarte 15 minutos al costado de tu cama y hacer una pequeña rutina de planchas y estiramientos, y así preparar tu cuerpo para el resto de tu día.
- Planifica tu día.
Si luego del ejercicio llega el trabajo, es necesario que tengas mapeado tu día. Maximiza tu capacidad laboral teniendo en cuenta tu agenda diaria, así como tus objetivos planteados para ese día. Tómate un momento de la mañana para definirlo todo (suele ser el momento del día en donde tendrás mayor tranquilidad para esto), y prioriza tus actividades. Recuerda que así como es importante preparar tu cuerpo con ejercicio, también lo es preparar tu mente. Date un espacio de 10 minutos después de alguna reunión pesada para dar una caminata rápida alrededor de la cuadra o para sentarte a meditar en tu escritorio. Hasta puedes dedicar unos minutos para comprar un snack saludable al final del día para la mañana siguiente.
- Come un desayuno saludable.
No queremos redundar en el cliché de “es el alimento más importante del día”, pero salir apurado de casa con apenas un café y –si se puede– un pan mal hecho con lo primero que encuentres en la refri no te ayuda en nada. Siéntate en tu escritorio sin pensar en qué triple vas a comprarle a la señora que lleva los panes a tu piso. Si ya te levantaste temprano, aprovecha algunos minutos para hacerte un desayuno adecuado para sobrellevar tu día a día laboral. Date esos minutos, además, no solo para planificar tus labores, sino también para conectarte con tu familia, conversa con tu pareja e hijos, si los tienes, llénate de su buena vibra y llévala contigo a tu trabajo. Alternativa 2 en 1: Reuniones – desayuno. Planea el día en la oficina y come algo nutritivo.
- Visualiza.
Permítenos insistir en la salud mental, porque es necesario no solo para el trabajo, sino para tu vida. No hay mejor momento que la mañana para encontrar ese momento para uno mismo, meditar y visualizar el día que tendrás. Enfócate en alcanzar el éxito en tu(s) meta(s). Piensa positivamente. Mejora tu ánimo. Mira más allá de tu carga laboral. Cambia tu día desde el primer minuto. Está en ti lograrlo. Y sabemos que puedes hacerlo.
- Convierte tu día en uno productivo.
La procrastinación siempre está a segundos de alcanzarnos en cualquier momento del día… y muchas veces lo logra. La forma más sencilla de evitarla es esta: establece un objetivo diario. Trata de que el primer trabajo que tengas resolver sea el que menos quieres hacer. En vez de postergarlo después del café de las cuatro de la tarde, arranca con fuerza y salta esa valla a primera hora de la mañana. A esa hora estás enfocado, lleno de energía y decidido. Acomete con todo ante esa tarea con toda la claridad necesaria. Una vez superada, lo que venga será mucho más fácil de culminar, y el día habrá pasado sin que lo notes.