Se acerca tu matrimonio y quieres que todo sea perfecto y especial para ti. Si quieres darle un toque realmente personalizado, puedes probar tus habilidades creativas armando tu propio bouquet de novia. Es cierto que podrías pedirlo en una floristería (y nosotros tenemos una bonita selección), pero si deseas tener un ramo único, que refleje tu personalidad, crearlo por ti misma puede ser una opción muy satisfactoria. También puedes hacer los de las damas de honor, pero seamos sinceros. Tomaría demasiado tiempo y el día de tu matrimonio no necesita estrés agregado. Nadie se dará cuenta si a ésos los pides ya armados.

Lo primero que tienes que hacer es elegir cuales serán las flores principales y secundarias de tu ramo, además del follaje que vayas a utilizar. Las flores de tallo ancho, como las rosas, funcionan muy bien como flor principal, ya que son resistentes y conservarán la estructura del bouquet. Decide el color, las flores complementarias y el tipo de follaje que vayas a utilizar, y asegúrate de tener todas las flores que necesitas el día de la ceremonia. Dependiendo del tamaño y el estilo, posiblemente necesites de treinta a cuarenta flores, pero siempre es mejor tener de más que de menos.

Antes de comenzar, elimina todas las espinas, hojas en mal estado o pétalos marchitos de tus flores. Es importante que mantengas los tallos hidratados mientras trabajas, por lo que puedes hacerlo debajo del grifo con agua corriendo. Una vez hayas limpiado los tallos, corta un par de centímetros del final en bisel y colócalos en agua fresca mientras trabaja. Intenta que los tallos queden largos, ya que es más fácil trabajar con ellos. Una vez que hayas terminado podrás recortarlos más si te apetece. Según el estilo de ramo que desees, necesitarás distintos soportes y elementos, pero el proceso es muy similar sin importar el tipo de bouquet que elijas.

Para empezar, escoge cuatro de las flores principales que irán en el centro del ramo. Sujétalas en forma de cuadrado y mantenlas así con una mano. Con la otra, irás agregando el resto de las flores, de una en una hasta que termines de llenar el resto del ramo. Tómate tu tiempo y toma las flores de a una por vez, para evitar errores, tropiezos o accidentes que pueden llegar a arruinar las flores. Una vez hayas terminado, asegura los tallos con cinta floral o bandas de hule justo en donde empiezan a agruparse. Coloca una segunda banda a unos centímetros de la primera, hasta que estés segura de que no van a moverse. Ahora sí es hora de terminar de recortar los tallos hasta lograr el largo deseado.

Ahora puedes agregar un soporte o envolver los tallos en una cinta ornamental, según tu preferencia, para completar el bouquet. Para asegurarte de que llegue en buen estado a la ceremonia, humedece los tallos y colócalos en agua o envuélvelos en papel de seda y guarda el ramo dentro del refrigerador.