Hay pocas cosas que puedan alegrar tu día tanto como recibir flores frescas de regalo. Es un detalle personal, romántico y bonito. No importa si es simplemente un ramo de flores o un elaborado arreglo floral, lo cierto es que todos queremos que nuestras flores duren más tiempo frescas y bonitas para decorar nuestra casa por muchos más días. Lamentablemente, el calor complica un poco las cosas y el calor de nuestra capital no es particularmente suave. 

Entonces, ¿Cómo evitar que tus flores se marchiten más rápido a pesar de la temperatura? Bueno, siguiendo unos sencillos consejos.

La forma en que cortas la flor es importante:

Si vas a cortar tus propias flores para un arreglo o para regalar, debes tener cuidado con la manera en que lo hagas. Para empezar, es recomendable que cortes las flores a primera hora de la mañana, cuando todavía está fresco y no hay sol directo que pueda agobiarlas. Elige las flores que todavía sean muy jóvenes. El momento ideal es cuando todavía no se han abierto del todo, pero después de que sus pétalos ya tengan su color definitivo. No te preocupes, la flor se abrirá por sí misma una vez colocada en el florero o arreglo, pero no se marchitará tan rápido. Utiliza tijeras afiladas para no dañar el tallo y realiza un limpio corte inclinado en bisel. Lo mejor es que tengas un cuenco con agua a mano para sumergir los tallos inmediatamente después de cortarlos. Lo ideal es que no se expongan al aire por más de unos segundos, ya que esto puede acelerar la descomposición.

El calor y la sed son los peores enemigos de tus flores:

Una vez cortadas, ni siquiera las flores tropicales soportarán muy bien el calor. Mantén tus floreros y arreglos a la sombra, alejados de la luz directa y las ventanas. Lo ideal es que estén en un ambiente fresco y lejos de irritantes como la grasa de tu cocina, por ejemplo. Algo que puedes hacer si el calor es demasiado es rociar las flores cortadas con un atomizador de agua fresca. No es necesario que empapes las hojas y los pétalos, apenas una pequeña rociada para mantenerlas húmedas y protegidas del calor. Además, es importante que cambies el agua de los floreros a diario, reemplazándola por agua fresca, pero intentando que los tallos no estén en contacto con el aire por mucho tiempo. Una vez cada par de días, es mejor que cortes unos centímetros al final del tallo, pero mantén las tijeras en ángulo inclinado para mejorar la absorción.

Las flores necesitan limpieza y alimento:

Cuando decimos limpieza, nos referimos a mantener los tallos libres de hojas secas o marchitas y el agua del florero sin pétalos caídos de ningún tipo. Los vegetales marchitos liberan un químico que acelera la descomposición del resto, por lo que, si encuentras una flor marchita en tu arreglo, lo mejor es sacarla lo antes posible. Además, siempre es buena idea mantener tus flores alimentadas, para lo que puedes utilizar un alimento para flores de florería o simplemente un poquito de azúcar.

Después de estos consejos estás más que listo para poder conservar tus flores por más tiempo.

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